Dos bisnietas de Juana fuimos en el día de luna llena de agosto 2012 a ver las placas de la calle Juana Miranda. Fue un reconocimiento sereno en el que yo me daba cuenta de que todos los pasos dados para llegar aquí fueron decisivos y que el resultado es tan importante como el camino. Fue un camino hecho a pie que llegó a la cima, como todo lo demás que hemos logrado en estos 10 años con Juana.
Ahí están efectivamente 4 placas a lo largo de la calle que sube al teleférico de Quito. Unos días antes la funcionaria de Nomenclatura del Municipio me había informado que una placa había sido sustraída y que el contratista tuvo que reponerla en un sitio más seguro. Quizás por eso el nombre no consta al inicio de la calle, cuando arranca de la Av. Occidental, sino más arriba dentro de la Escuela Niños de María, donde estuvimos a inicios de año haciendo labor de información.
Este día de agosto aprovechamos para entregar varios ejemplares de la biografía a los gerentes del teleférico y los negocios aledaños, que recibieron con mucho asombro y aprecio la donación. (¿No quisieran ustedes saber en qué calle viven?) No sé si los turistas se fijen en los nombres de las calles, pero los gerentes nos dijeron que reciben 400.000 visitantes al año. Es la atracción más visitada de la ciudad.
Quizás lo que más sorpresa causa sea nuestra iniciativa de vecindad, nuestra intención de dar sentido a la calle donde trabajan. Y me pregunto: si no tenemos sentido, entonces con qué vivimos.
Les animo a celebrar el reconocimiento que ha hecho la ciudad con esta calle de la manera que puedan (desde pasarse por ahí algún momento hasta nominar a alguna otra mujer destacada para que sea visibilizada en cualquier lugar donde vivan. Pasamos tan fácilmente por alto reconocer cuando algo logra cuajar o apoyarnos mutuamente, que nos acostumbramos a que lo único cotidiano sea la mala noticia, la inercia o lo gris.
Para quienes no lo sepan, la biografía de Juana Miranda es accesible universalmente sin costo. En la pestaña Libros de mi página se indican los pasos que hay que seguir para descargarla.
A inicios del año 2012 habíamos acudido también a la parroquia del Verbo Divino y al Cabildo de la Comuna de Santa Clara de San Millán con la misma intención de vecindad. Tal vez ustedes no sepan que la calle está insertada en la realidad de esta ancestral comuna indígena que la ciudad desconoce casi por completo.
Comuna
Lo que hicimos fue abrirnos a una pequeña parte de la realidad de la Comuna y en vez de llevar nuestra propia agenda, enlazamos. Hicimos nuestro mayor esfuerzo por poner en contacto a tres sectores que necesitan encontrarse: 1) la Comuna a través de su autoridad, llamada Cabildo, 2) las historiadoras o antropólogas que habían hecho investigación sobre este tema y 3) un grupo de vecinos que defienden al Parque Arqueológico Rumipamba, del que los comuneros son descendientes.
No solamente necesitan encontrarse ellos, si miramos bien, también nosotros somos descendientes de esa historia apenas excavada que tal vez nos ayude a recobrar sentido. Nuevamente la palabra. Casi nadie visita el Parque aunque esté en el corazón de la ciudad (si bien he escuchado últimamente publicidad para visitarlo). Para hacerlo tengo unos datos útiles en la pestaña Lectores de mi página.
Y como la realidad es inconmensurablemente más vasta de lo que somos capaces de reconocer, acercándonos a ella descubrimos a otros actores admirables, de alguna manera parecidos a Juana, que son los que sostienen el engranaje social contra toda la inercia de los demás. Están en la Comuna, en la Parroquia, en la Escuela y por ellos y ellas hay mejores condiciones de vida en ese sector. Quizás lo que más quisieran de nosotros es que seamos coherentes. No piden más, ni menos tampoco.
www.marianalandazuri.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario