Lo que todavía nos falta a las mujeres aprender es que nadie te da poder. Simplemente lo tienes que tomar tú.
Roseanne Barr.








OPINIONES Y CARTAS

Nuevos nombres para calles quiteñas
Tomado de diario El Comercio.

El Municipio del Distrito Metropolitano de Quito ha tomado en sus manos la difícil tarea de cambiar los nombres de algunas calles de la ciudad para colocar los de aquellas mujeres que por múltiples razones se han destacado en la historia nacional.

Conozco que esa tarea ya ocasionó la resistencia de los vecinos de la calle “Toribio Montes”, que en adelante se llamaría “Rosa Montúfar”, una de las mujeres próceres de la época de la Independencia.

Ellos consideraron que el cambio afectaba una serie de intereses, incluso aquellos exclusivamente individuales.

Los historiadores hemos tenido una inquietud similar a la del Municipio de Quito en nuestros propios gremios profesionales. Con motivo del Bicentenario de la revolución del 10 de Agosto de 1809, algunos colegas han realizado serias y fundamentadas reflexiones sobre los nombres que tienen una serie de calles de la ciudad de Quito, pues consideran que merecen ser cambiados.

También entre los historiadores ha surgido el criterio de que sería necesario cambiar los nombres de ciertas plazas e incluso se ha llegado a considerar que algunos personajes de nuestra historia no merecen tener estatuas. Y estamos hablando de personas que han dedicado su vida a la investigación histórica, se identifican por sus trabajos académicos con los intereses de la patria y de la plurinacionalidad ecuatoriana y tienen un compromiso con la verdad y la objetividad precisamente por ser historiadores.

El problema que una propuesta de cambio de nombres enfrenta en la ciudad de Quito es la tradición y la falta de criterio histórico.

Se ve ahora la importancia que tiene para una sociedad el cultivo de una cultura-histórica. Porque, finalmente, de lo que se trata es de que sean valorados los personajes, hombres y mujeres, que auténticamente han respondido a la construcción de la sociedad ecuatoriana.

A estas alturas de los tiempos, los quiteños tenemos que reconocer que muchos de los “héroes” de nuestra historia no lo son y que algunos de los nombres de las calles de Quito se colocaron sin meditar seriamente en quiénes eran los personajes y qué hicieron en su época.

No es lo mismo llamar a una calle “Eugenio Espejo”, prócer de nuestra Independencia o llamar a otra “Toribio Montes”, un presidente de Audiencia encargado de reprimir y liquidar a la revolución emancipadora de Quito en 1812.

¿Es posible que conviva el nombre de la calle “Antonio José de Sucre”, conductor de la Batalla del Pichincha del 24 de mayo de 1822, que selló la independencia del Ecuador con el de “Melchor de Aymerich”, quien fue el jefe de las tropas realistas en esa misma batalla?

Y tenemos nombres indígenas cruciales en nuestra historia ecuatoriana: Fernando Daquilema, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, etc.

La discusión sobre la nomenclatura de una ciudad es también un asunto no solo cultural, sino evidentemente político. No es lo mismo destacar a algún conquistador que arrasó pueblos que exaltar a los próceres de la revolución de Quito.

Pero la mejor forma de evitar caer en las manipulaciones políticas sobre la historia es lograr que los ciudadanos conozcan y comprendan a quien corresponde cada nombre usado en su ciudad. Una labor paciente y compleja de educación cívica e histórica.


Calles con nombre de mujer


Paúl Mena Erazo BBC
Ecuador


¿Cuántas calles de su ciudad tienen nombre de mujer? En Quito, el municipio ha detectado que 90% de las calles tienen nombres masculinos, y de allí que ha resuelto iniciar un plan para que más calles de la ciudad lleven nombres de mujeres, dentro de un proyecto que busca revalorizar el rol histórico de la mujer en la sociedad ecuatoriana.


La concejala Ximena Ponce, promotora de la iniciativa, dijo a BBC Mundo que su proyecto pretende "recuperar la memoria histórica y reconocer a las mujeres que han contribuido a la construcción de la sociedad".


El Municipio de Quito ha comenzado a elaborar una lista de mujeres que en el pasado se han destacado por su aporte a la ciudad y al país en áreas que van desde la organización social y política hasta el arte.


A decir del historiador Jorge Salvador Lara, "nuestra cultura latinoamericana ha sido generalmente machista, y por ello es que los nombres femeninos para calles y plazas han sido subestimados".


Salvador Lara le dijo a BBC Mundo que el hecho de que una amplia mayoría de calles tengan nombres masculinos refleja que en el pasado la sociedad era generalmente movida por hombres, donde la mujer, durante siglos coloniales y al inicio de la república, tenía un papel muy limitado en la sociedad, con algunas excepciones.


Nuestra cultura latinoamericana ha sido generalmente machista, y por ello es que los nombres femeninos para calles y plazas han sido subestimados, Jorge Salvador Lara, historiador ecuatoriano.


Si bien el plan que acaba de lanzar el Municipio de Quito se enfoca principalmente en poner nombres de mujeres a un amplio número de calles nuevas, localizadas en barrios de reciente creación, también se prevé que algunas calles y plazas antiguas cambien de nombre.


Tal es el caso de la calle Toribio Montes, al norte de Quito, que pasa a llamarse Rosa Montufar, gestora, a inicios del siglo XIX, de la independencia ecuatoriana. El historiador Jorge Salvador Lara recuerda que Montes fue un general español que en 1812 "tomó sangrientamente Quito por orden del virrey de Perú" durante la colonización española.


Reacción de moradores


La iniciativa municipal, no obstante, ha encontrado diversas reacciones entre los ciudadanos. Más allá de las consideraciones de género o de tipo histórico, grupos de moradores de la calle Toribio Montes se oponen al cambio de nombre y han enviado dos oficios al Municipio mostrando su malestar.


Piedad Marcial, administradora del conjunto de departamentos Versalles, dijo a BBC Mundo que el cambio de nombre de la calle implica un gasto de tiempo y dinero en trámites ante dependencias públicas para registrar la nueva dirección.


Para la administradora, el poner a una calle un nombre de mujer en lugar de la nomenclatura original no representa una reivindicación de la mujer en la sociedad. "Para que las mujeres nos hagamos respetar, como lo estamos haciendo ahora, no es necesario cambiar nombres de calles", dijo Montes.


"Esta calle es parte de mi vida. Esta calle no es del municipio, sino de la gente que aquí habita, y cambiar el nombre de la calle es como cambiar nuestra identidad", señaló, por su parte, Fernando Palacios, quien vive en la zona desde que nació hace 52 años.


Pero también hay moradores que están de acuerdo con el cambio de nombre, como Guadalupe Rosero, una maestra que señaló a BBC Mundo que se trata de "un homenaje a las mujeres" y de "una revalorización de la historia".


Frente a esta controversia, la concejala Ponce manifestó que el cambio de nombre de la calle será un proceso que tomará alrededor de un año.


"No es que desaparece de un momento a otro el nombre, sino que coexisten los dos hasta que la gente se vaya acostumbrando. Este es un proceso que no solo tiene que ver con el nombre de las calles, sino con la visión que tendremos del papel que han jugado las mujeres en la sociedad", concluyó Ponce.


Día de la mujer se celebró con cambios de nombres en parques
08-03-2010


Ayer, en Solanda con la presencia de la Vice prefecta de Pichincha, Marcela Costales, el alcalde Augusto Barrera, la Concejala, Ximena Ponce, el Administrador de la Zona Eloy Alfaro, César Andrade y otras autoridades se realizó la ceremonia oficial para el cambio de nombre de parque Ecológico Solanda con el de María Augusta Urrutia, en homenaje al Día Internacional de la Mujer.


Para la Concejala Ximena Ponce estas programaciones simbólicas forman parte de un proyecto de reparación histórica en la recuperación de los derechos de la mujer y el cambio de nombres de calles y parques pretende visibilizar a la mujer en la historia del Ecuador. Esto refuerza las políticas de género que el municipio lleva a cabo, por eso se complementa con la atención gratuita en los unidades de salud municipales, en el lenguaje y varios aspectos que deben cambiar para mejorar la relación que existe entre el hombre y la mujer en igualdad de derechos, dijo Ponce.


El alcalde Augusto Barrera destacó la importancia de la lucha mundial de las mujeres por el rescate de sus derechos y cómo esto puede servir de ejemplo en nuestro país y ciudad.


El Alcalde manifestó que María Augusta Urrutia fue un gran personaje de la historia quiteña quien creó la Fundación Mariana de Jesús, proyectos de vivienda social y dedicó su fortuna en la atención a los pobres.

Rosa en vez de Toribio
Luis Dávila Loor, Comunicador

Por el Día Internacional de la Mujer, en Quito se quiso cambiar el nombre de la calle Toribio Montes por el de Rosa Montúfar. ¿Por qué? Porque la mayoría de calles tiene nombres de hombre, porque se supone que las sociedades han aceptado la igualdad de género, porque hasta en detalles como éstos pareciera que las mujeres nunca hubieran existido sino solo para estar en la cocina.

Rosa Montúfar fue una mujer independentista, mientras que Toribio Montes fue un personaje que vino de España a sofocar los brotes insurgentes que aparecieron a raíz de los hechos del 10 de Agosto de 1809. De su puño y letra consta la sentencia contra Rosa Zárate y Nicolás de la Peña, ordenando que los fusilaran de espaldas y les cortaran las cabezas para que fueran expuestas como escarnio para los revoltosos. Así que, en tiempos de celebración del Bicentenario de la Independencia, era una buena idea, nadie se iba a oponer.

No fue así. Cuando se iba a realizar el acto de cambio de nombre, aparecieron personas del barrio a oponerse, muchos de ellos jóvenes. Que cómo así. Que cómo van a ubicar nuestra dirección ahora. Que quién va a pagar el trámite que nos toque por este capricho (¿usted lo va a pagar?, le restregaban a la concejala que estaba presente). En seguida, vino el pliego de peticiones: primero nos tienen que hacer obras, limpiar la basura, combatir la delincuencia, después cambiar de nombre. Y para remate, lo insólito: –¿Rosa Montúfar? De una vez póngale Hugo Chávez, que eso es lo que han de querer.

Poner el nombre de Hugo Chávez a una calle en realidad sería lamentable, como también lo sería llamarla Álvaro Uribe, George Bush o Sebastián Piñera. Sin embargo, en otros momentos de la historia nombraron a las calles Wilson, Kennedy o, para volver al caso, Toribio Montes.

El patinazo en la Toribio Montes sirvió para que un mediocre que conduce un programa de la comunidad en un canal de televisión dijera que si quieren poner nombres de mujeres a las calles, lo hicieran en Quitumbe, con lo cual ratificó su mediocridad. Mientras un resentido que conduce un programa de radio planteó que también debería cambiarse el nombre de la avenida de La Prensa, si tanto dicen hoy que la prensa es corrupta, con lo cual confirmó su resentimiento.

La reacción de la gente del barrio, así como la de los comunicadores, nos lleva a una conclusión: la cultura que siempre ha dominado, sea eclesial, conservadora, oligárquica o neoliberal, ha sido de un peso demoledor. Tanto, que gente sencilla como la de la Toribio Montes, de clase media, que seguramente estará a favor de que haya cambios en el país y en la ciudad, se vuelve conservadora en momentos simbólicos tan importantes.

Si así están las cosas, hay que meterle el diente a lo simbólico. Hay demasiado simbolismo que tiene un sentido ajeno a la cultura popular y que es proclive a la cultura opresora, aquella que ha dominado desde la colonia hasta nuestros días. El cambio del que se habla tanto en estas épocas, y que en realidad deseamos, no es solo de contenidos, sino, a la par, de formas, de expresiones estéticas que generen un sentido de auténtica libertad y soberanía.

Tomada de la edición impresa del 26 de marzo del 2010, El Telégrafo


 
CARTAS


Quito, 10 de agosto de 2010


Sr. Dr.
Norman Wray
Concejal de Género y Equidad
Distrito Metropolitano de Quito
Presente.-

De nuestras consideraciones:

Conocemos que el Ilustre Concejo Metropolitano ha llevado su atención a la nomenclatura de calles y plazas de la ciudad y ha evidenciado su inequitativa distribución entre hombres y mujeres. El Concejo ha ido incluso más allá: con motivo del Día Internacional de la Mujer de este año consideró tomar acciones para revertir esta anómala situación a través de la ordenanza denominada “Ellas en las calles”.

En este favorable contexto, nos place sobremanera poder presentar a usted, y por su digno intermedio a todo el Concejo, a Juana Miranda de la Pulla, una hija de esta ciudad, honra de Quito y del país. Ella no es sólo la primera profesora universitaria que ha tenido la República del Ecuador, sino que fue matrona, directora y fundadora de la Maternidad de Quito. En esa capacidad, ella representa además a cientos de otras mujeres ecuatorianas no nominadas en la historia que han servido al país en la más antigua carrera profesional abierta a mujeres. A continuación, una breve síntesis de la vida de esta luchadora, recogida del libro que adjuntamos:
Juana Miranda
(Quito, 1842-1914)


1861 Abadesa del Hospital San Juan de Dios por 11 años.

1862-3 Sargento Mayor. Asiste al Ejército nacional en las guerras Ecuador-Colombia.

1874 Título de Comadrona. Facultad de Medicina, Universidad Central. Ejerce la Obstetricia profesional por más de 30 años.

1876 Dirige el hospital militar en la campaña de Galte (prov. del Chimborazo).

1877-8 Se recibe de su profesión en Santiago de Chile.

1891-1907 Profesora universitaria de Obstetricia Práctica. Facultad de Medicina, Universidad Central del Ecuador.

1899 Fundadora de la Maternidad de Quito.

1900-1907 Matrona y Directora de la Maternidad.

2005 La Universidad Central del Ecuador denomina a su Escuela de Obstetricia con el nombre de “Juana Miranda”.

Es quizás fácil admitir que una mujer como Juana Miranda merezca ser reconocida por la ciudad a la que tanto amó dedicando una calle a honrar su memoria. Comprendemos que un poco más difícil sea encontrar esa calle, sobre todo en el mundo en el que ella vivió, que es el que corresponde a nuestro entrañable centro histórico. Para agilitar ese trabajo hemos adelantado ya la búsqueda y hemos encontrado la calle apropiada. Se encuentra localizada en la Loma Grande, del lado Sur, o más exactamente en el Barrio Obrero, un barrio creado en la alcaldía de Jacinto Jijón Caamaño en la década de 1940.

Esa calle tiene varias cuadras de extensión, se llama actualmente Francia y corre paralela a la Rocafuerte. El nombre de Francia es relativamente nuevo y la calle misma se ha ido alargando recién en el siglo XX, según se desprende de analizar varios mapas consultados. En el Plano de Quito en 1903 (Higley) aparece como una pequeña prolongación de la calle Morales hacia el Oriente, y en el Plano de la ciudad de Quito para los trabajos del censo (Valdivieso, 1921) ya se ha extendido varias cuadras más con el mismo nombre de Juan de Dios Morales.

Desconocemos cuándo o por qué se haya cambiado la nomenclatura de la calle de un prócer del 10 de Agosto de 1809 a Francia. Al respecto podemos hacer un par de reflexiones. Aunque este país europeo haya sido tan modelador de toda América Latina desde la Ilustración hasta que es desplazado en la historia por Estados Unidos durante el siglo XX, en este siglo XXI estamos diciendo que más importantes somos nosotros para nosotros mismos. Que Chile o Venezuela tengan las calles que tienen en el corazón mismo del centro histórico es más comprensible por el papel que jugaron en nuestra independencia y en nuestra historia. Sin querer desatar un conflicto diplomático, la calle Francia está ubicada donde no le corresponde. El Concejo podría considerar darle una calle cerca de la Alianza Francesa donde están otros países europeos, o cerca de la embajada de ese país. También hay que advertir que en el Norte de Quito, entre la Av. Gaspar de Villarroel y la Rio Coca hay una serie de calles con nombres franceses: París, Sena, Louvre, Marsella y algunos escritores galos. Es decir, al país europeo no le falta reconocimiento en nuestra ciudad.

Dedicar esa calle a Juana Miranda de la Pulla sería hacer simbólicamente lo que ella misma hizo en su vida: se educó con una profesora francesa de Obstetricia y se graduó ante los dos médicos franceses que el presidente García Moreno había traído a la Facultad de Medicina de la Universidad Central; años antes ella había entregado su cargo de Abadesa en el Hospital San Juan de Dios a las Hermanas de la Caridad, también llegadas de Francia. Pero todo su vínculo, todo su conocimiento, entrega y energía se canalizaron enteramente a formar profesionales de la Obstetricia en el Ecuador -entre cuyos primeros alumnos varones cabe destacar a Isidro Ayora Cueva- y luego a luchar el resto de su vida para crear y sostener la Maternidad que finalmente se fundó con el presidente Eloy Alfaro. Ella fue una nacionalista que dejó su vida en defender a las mujeres más pobres del país.

Reconocer a esta profesora universitaria es ser capaces de reconocer nuestro propio valor, pensamiento y acción. Es también reconocer a través de Juana Miranda la larga lucha que libran las mujeres tanto por profesionalizar su trabajo, como por mantener su dominio sobre el parto. Reconocernos en lo mejor que podemos ser es lo que nos permite descolonizarnos. Poder hacerlo honra a una ciudad como Quito, no en vano denominada Luz de América.

Para elevar esta petición tenemos el respaldo académico de una investigación histórica que fue publicada por el Banco Central del Ecuador, así como el respaldo de organizaciones civiles y de mujeres. Para que este respaldo se exprese consideramos que la vía electrónica es la más expedita para que éstas puedan escribirle directamente a su casilla.

Comprendemos también que el Barrio Obrero deba conocer y aceptar la razón del cambio en la nomenclatura para lo que estamos gustosos de poner a su disposición la publicación mencionada, que además de la edición impresa es también accesible digitalmente en forma gratuita a través de la biblioteca virtual de Banco Central del Ecuador (www.museos-ecuador.com.ec escogiendo las siguientes opciones: 1) editorial, 2) cultural, 3) por materia, 4) biografía, 5) piezas selectas.)

Con el ejemplar que adjuntamos entregamos también una fotocopia del Acuerdo por el que la Universidad Central del Ecuador designara con el nombre de “Juana Miranda” a su Escuela de Obstetricia.

Quedamos seguros de contar con su indispensable apoyo para lograr la apropiación de nuestra historia y del poder liberador que encierra.

Atentamente,

Mariana Landázuri C.

Carlos Landázuri C.

c.c.: Dr. Jorge Albán
Vicealcalde Metropolitano


Monday, August 16, 2010 9:12 AM
Sr. Norman Wray

De mi consideración:

Es para mí grato el adherirme a la propuesta de establecer el nombre de una calle importante de Quito, con el nombre de Juana Miranda. He leído la obra  acerca de su vida y lucha en favor de las mujeres y madres- por ese entonces desamparadas en su salud y en su maternidad.
Creo que es de justicia, no solamente por la equidad de género, sino simplemente por equidad que el I. Municipio tome en cuenta y difunda aquellos valores  que deben ser paradigma para las generaciones de ecuatorianos.
Atentamente,
Marta Reyes Torres,
Miembro de la Fundación Oscar Efrén Reyes.
Baños de Agua Santa.
marosocla@yahoo.com

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