De Mariana de Pineda a Malala

Por: Maite Sarrió | 12 de octubre de 2012

                                                         Mariana de Pineda. Cuadro de D.J.A. Vera Calvo.

El ataque que Malala Yousufzai, de 14 años, ha sufrido por reivindicar su libertad se produce coincidiendo con la proclamación del 11 de octubre como Día Internacional de la Niña por la ONU. Si es la infancia quien más sufre las consecuencias de un sistema político y económico violento y desigual, son las niñas las que se llevan lo peor. Las cifras están ahí para quien quiera conocerlas... Y las cifras "son" dependiendo de la variable sexo/género...

En relación con cualquier caractarística de diversidad, ser mujer sigue siendo una condición crucial respecto al disfrute de derechos y libertades fundamentales. Asistimos hoy a una recesión con bandera económica, empuñada por una ideología conservadora que nos remonta al pasado y a la carencia. La crisis económica no es más que la punta del iceberg de una base de creencias patriarcal y andorcéntrica que empuja a muchas personas a hacer y decir lo que hacen y dicen. Somos educadxs para ser lo que somos. El hombre que disparó a Malala y el que se atreve a decir que "las mujeres son para violarlas" están hechos del mismo lodo cultural. Cada uno se sitúa en un nivel de violencia, sí. Pero es violencia al fin y al cabo. Y es fundamental visibilizarla. Las palabras de uno sostienen las manos de otro. Una gran mayoría de la ciudadanía pasa por alto las cotas más leves de sexismo y discriminación sin ser conscientes de que, con ello, también empuña la bandera de la desigualdad. Con nuestro silencio, nuestros pequeños actos cotidianos, nuestro lenguaje, nuestros chistes... nos hacemos responsables de la espiral de la violencia, que se inicia con un comentario como el que desgraciadamente realizó un cargo político de un país (representante del "ciudadano español") y acaba con una asesinato o "intento de" como el de Malala al otro lado del mundo.

Miles de mujeres y niñas son acosadas, violadas, denigradas, asesinadas, ninguneadas,... en países con conflictos armados y también donde no los hay. En nuestro país, sin ir más lejos, sucede todos los días a manos de políticos, jefes, curas, novios, maridos, compañeros de trabajo... Le sucede a tu hija, a tu hermana, a tu madre... Nos sucede a todos y todas porque también somos mujer, somos feminidad ahogada y reprimida por un sistema que ha perdido su equilibrio y, con ello, su potencial de creación, la riqueza de su diversidad, su libertad...

Malala había criticado en numerosas ocasiones al TTP (organización islamista Tehrik-i-Taliban Pakistan) por imponer el cierre de las escuelas de niñas del Valle Swat, situado al noroeste de Islamabad. Es conocida por su activismo y por su defensa de la educación de las niñas y recibió la más alta condecoración por parte del gobierno de su país en 2011. Una gran niña, ejemplo de empoderamiento universal.

Anoche, Isabel Julve, consagrada cantaora y bailaora de flamenco, versioneaba en un conocido local de Valencia los versos de Lorca a Mariana de Pineda "Murió por ser libre"... Sentí un temblor recorriendome por dentro. Mi vello herizado... Malala, Mariana y tantas otras... Cientos de años con repetidas historias de dolor... ¿Cuántas más es necesario seguir lapidando, torturando, despidiendo, insultando... para continuar imponiendo este orden social ilógico e insostenible?

Mariana fue ejecutada en 1831. Denunciada por haber bordado en una bandera una leyenda liberal, fue acusada de pertenecer a una conspiración y le aplicaron el garrote vil con 26 años. Su ejecución pretendió castigar a la causa liberal... Como el castigo a las niñas de la escuela de Pakistan, como las violaciones de guerra... Como tantas otros actos de violencia que parecen aislados, son castigos de amenaza a todas las mujeres... A todos los hombres... A toda la sociedad.

Gracias Malala. Gracias a todxs lxs que son libertad. Cada vez somos más. El miedo no podrá con la luz. ¡Por la niña que llevamos dentro!