La vida de la feminista peruana estuvo marcada por la pobreza y los malos
tratos
La vida de
Flora Tristán (París, 1803-Burdeos, 1844) es la de una mujer valiente y
perseguida. A través de sus experiencias y sus viajes en busca de
identidad propia impacta con los problemas de la mujer y
la clase trabajadora. Como consecuencia, se convierte en una
activista cuya obra es precursora del marxismo
y clave para el feminismo moderno.
La odisea
personal de Flora comienza desde el mismo día de su nacimiento, el 7 de abril
de 1803, en la Francia napoleónica. De madre francesa y padre peruano (en
concreto de Arequipa,
la segunda ciudad más importante del país), pertenecía a una familia con dinero
y buenas relaciones sociales, pero la muerte repentina de Mariano Tristán, un
coronel caído en combate, deja a su madre, Anne Laisney, su hermano
y ella (con cuatro años) en la pobreza.
"Murió
súbitamente, sin haber regularizado su matrimonio y sin haber pensado en darle
validez legal mediante disposiciones testamentarias".
('Peregrinaciones de una paria')
Recuperar sus
derechos como heredera se convertiría años más tarde en una de sus
determinaciones, viajando a Perú en barco en 1833 para encontrarse con la
familia paterna y reclamar sus bienes. Toda una aventura personal e intelectual
que retrata en
su libro 'Peregrinaciones de una paria', el más importante de su trayectoria
junto a 'Unión Obrera' (1843).
Matrimonio forzado
La nueva
situación económica de su madre, con apenas recursos para educarles, hizo que
abandonasen su mansión de Vaugirard y se trasladasen al campo, ya que el estado
francés no les reconocía ningún derecho. Allí viven hasta que muere su hermano,
cuando Flora tiene 15 años.
De vuelta a
París, madre e hija se alojan en uno de los barrios más humildes de la
capital francesa, cerca de Place Maubert, y Flora comienza a
trabajar en un taller de litografía, propiedad de André Chazal, el maltratador
que la perseguirá durante 13 años de su vida. Chazal, obsesionado con
ella, le propone matrimonio, y presionada por su madre como una salida de
su situación de necesidad, Flora Tristán acepta y la boda se celebra en febrero
de 1821.
Durante esta
nueva etapa, Flora descubre el feminismo leyendo 'Vindicaciones de
los derechos de la mujer' de Mary Wollstonecraft mientras
espera el nacimiento de sus dos hijos y su hija Aline, que será años más
tarde la madre del pintor Paul Gauguin.
Precisamente cuando estaba embarazada de Aline, en 1825, Flora huye de casa ya
que su marido la maltrataba física y psicológicamente. Desde ese momento, el
derecho al divorcio de la mujer se convierte en una prioridad para ella:
"Al
separarme de mi marido renuncié a su nombre y volví a tomar el de mi padre.
Bien acogida en todas partes como viuda o como soltera, siempre era rechazada
cuando la verdad llegaba a ser descubierta. Joven, atractiva y gozando en
apariencia de una sombra de independencia, eran causas suficientes para
envenenar las conversaciones y para que me repudiase una sociedad que soporta
el peso de las cadenas que se ha forjado, y que no perdona a ninguno de sus
miembros que trate de librarse de ellas". ('Peregrinaciones de una
paria').
Conciencia de 'paria'
Más allá de los
prejuicios sociales
parisinos, separarse de Chazal marcó el inicio de una batalla legal
por la custodia de los hijos. Flora se traslada a Inglaterra
donde se emplea como criada y se convierte en una 'paria', escapando
de país en país y trabajando de lo que puede (doncella, traductora,
niñera,...) para sacar adelante a su familia. Pero su primer hijo muere y las
agresiones de su ex marido continúan, una de ellas en medio de la calle.
"Las
persecuciones de M. Chazal me habían obligado, en distintas ocasiones a dejar
París. Cuando mi hijo cumplió ocho años insistió en tenerlo a su lado y con
esta condición me ofreció dejarme en paz. Cansada de tan larga lucha y no
pudiendo resistir más, consentí en entregarle a mi hijo vertiendo lágrimas por
el porvenir de ese niño; más apenas pasados unos meses después del arreglo, mi marido
empezó a atormentarme y quiso también quitarme a mi hija, porque se dio cuenta
de que me sentía feliz al tenerla cerca de mí". ('Peregrinaciones de
una paria').
Flora Tristán
huye por sexta vez de París para proteger a su hija, se
esconde bajo nombres falsos y vive bajo amenazas
constantes. En 1833 deja a la niña a cargo de una mujer de
confianza, en una pensión de París, para poder viajar a Perú a reclamar sus
bienes legítimos.
Tan
solo logrará librarse de Chazal cuando consigue que en 1838 se
apruebe su separación. Chazal reacciona violentamente, le dispara y es
detenido y condenado a 20 años de trabajos forzados. Esa bala, que casi
la mata y que se quedó instalada en su pecho izquierdo, fue el precio de su
libertad.
Revolución y proletariado
Flora Tristán
retoma contacto con su familia paterna en Perú a través de la visita de un
pariente a París y por medio de cartas. En 1833 se embarca durante cuatro meses
y medio en el buque El Mexicano, rumbo a Perú, siendo la única mujer a
bordo.
En Arequipa, la
acogida es buena pero su tío Pío de Tristán le informa de que no tiene derecho
a ni un céntimo de la herencia de su padre. Solo consigue una pequeña pensión
mensual y pasa por una fuerte depresión. Esta estancia en el país americano es
fundamental en su pensamiento, ya que vive en primera persona las profundas desigualdades
sociales durante la Guerra Civil peruana.
"Vine a
buscar un lugar legítimo en el seno de una familia y de una nación... Pero tras
ocho meses de ser tratada como una extraña en la casa de mis tíos era evidente
que no había ganado ningún estatus dentro de mi familia paterna".
('Peregrinaciones de una paria')
De vuelta a
Europa, en 1835, Flora inicia su carrera como escritora y publica su breve
ensayo 'De la necesidad de dar buena acogida a las mujeres extranjeras'.
También inicia la redacción de sus memorias, 'Peregrinaciones de una paria'.
En Londres,
consigue entrar en la Cámara de los Lores disfrazada de hombre, conoce de
primera mano la situación de las fábricas y los barrios obreros y, en 1841, se
une a Pauline Roland y otras mujeres
progresistas que enriquecen su feminismo.
Fruto de este debate, formula las tesis de su obra clave: 'Unión obrera',
de 1843, escrita cuatro años antes del 'Manifiesto comunista' de Marx
y Engels.
Muere de tifus
el 14 de noviembre de 1844 en Burdeos, Francia, a los 41 años. Se despide
rodeada de seguidores que abren una suscripción popular para hacerle un
monumento. Flora Tristán deja una obra inacabada, 'La emancipación de la
mujer', que se publica de forma póstuma en 1846.
Fuente: 'La
vida escrita por las mujeres'. Volumen II: 'La pluma como espada'.
(Coordinadora: Anna Caballé. Editorial Círculo de Lectores). 'Peregrinaciones
de una paria', Flora Tristán, 1838.